martes, 13 de octubre de 2015

Ausentes

 Nosotros los fallados o fallidos. Los ausentes. Los incapaces. Los cortos. Nosotros de repente nos encontramos en la oscuridad entre todos esos ruidos y somos cualquiera. Protagonistas de un corto en un constante plano detalle. Cualquier persona, cualquier sonrisa. Somos. Miramos mal, por momentos no miramos. Granos de cebada y lúpulo o algo así. Corre que te corre y joder, venga ese vaso. En ese contexto. De atrás para atrás: obstinación en sepia como coartada de estos pibitos errantes. Nos consolamos y somos otros o nadie. ¿Quién puede juzgar nuestra forma de juntar los pedazos? Olvidé tantos recursos literarios, qué suicidio. Qué fanática. Pero vuelvo y lo que pasa es que nos reconocemos en la necesidad. En esta. Queremos estar en otro lugar, físico y emocional, pero aún así el posible es el mejor. En ese contexto llega el beso, el viaje y el sueño. Tarantino es Tarantino o eso decimos. Tarjeta roja, juez. Nos movemos con poco ritmo. Entonces las manos, los brazos, la boca. Ah, así era. Entonces los silencios. Estamos bien. Bien condenados, sumidos en la repentina confusión del alba. Lo que sea que eso signifique. Abstractos, etéreos, esfumados, ennumerados. Nos quedamos pero no entendemos. La ciudad puede juzgarnos porque es muda, porque vio a otros re-caer como nosotros. ¿Nosotros? Comida. Sensibilidad con altas y bajas pero no. Mesetas y llanuras de piedad. El subte y el humo. "No te convido porque dejaste". Somos la parodia de algún pasado. No importa o importa poco. Acidez y pelos al viento, escalofríos. No encuentro el celular porque nunca encuentro el celular. Estamos viviendo en planetas diferentes que son el mismo. Lo entendemos. Arruinamos. Algunos perros ladran en la cuadra, nos ladran. No hace falta compartirlo, transitamos. Nubes de nada, personajes caminando. Casi lástima que lastima. A nadie, maestro. Inventamos un chiste para refugiarnos y al segundo intento un chicle, la avenida, el sol. Guardamos las baldosas rotas y las metáforas baratas en frasquitos mentales, el aire de la ventana en los zapatos. Y los silencios. Secuencias interrumpidas, escaleras. Carne, violencia, comienzo y despedida. Antes. "¿Te acordás?". Mañana toda esta burbuja no servirá. Cansancio multifacético y murmullos mentales. Acercate pero alejate. Construimos justificaciones, todo eso pasa. ¿Pasa? Miramos y medimos nuestras miserias prefabricadas. No hay conectores. Volvemos a entender. Dos ojos miel y casi abrazos, ¿pero por qué? Ridículo preguntarse. Ahora o mañana no servirá. 
 Sabemos del otro y nos cuesta. 
 Sorteamos la suerte que valió un rato la pena.
 Fuimos patéticos pero no lo somos porque lo sabemos. Gracias, pero.


Yo que estaba un poco mal, algo triste, medio ido...

2 comentarios:

  1. un chiste, maestro. maestra acá.
    Fuimos patéticos pero no lo somos porque lo sabemos.
    me está gustando esto.

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    Respuestas
    1. A veces ser consciente es más importante que ser. O algo así. Gracias!

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